15 de abril de 2017

Costillas

Cuando presencié aquella ofenda de la inmensidad, nunca supe qué significaba. Yo sólo nutrí aquella duda.
¿Quién sabrá? Todo lo que tengo es una cuadrilla de la mirada súper lateral.
Consideré el salir, pero aún no. Me arde el pecho, y jamás supe qué me pasa.
Propuse el convertirme en un axón, pero sin éxito.
Pude obtener una vacilación mayor al ver que todo lo que viví ya no estaba. No puedo recordar.
La sinceridad siempre me mató. ¿Cuántas veces he muerto? Con sólo decir que la cuestión es débil, conmemoro aquella percepción. 
Consternada, barajé unas cartas que marcarían un camino; sin embargo, era subterráneo. La oscuridad iba a reinar otra vez. No quise, pero eso pasó, y otra vez me perdí.
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La finalidad siempre es subjetiva.