20 de febrero de 2018

Eufemia

Vigorosas palabras que sobresalen de su verbosidad expresiva.
Aquella mirada portátil pudo abarcar cierta incertidumbre jamás captada por otros ojos despistados.
Sonrisa de la muchedumbre que ciega el buen contraste de la belleza gloriosa.
Si no hubiera un pudoroso convenio, quizá todos serían sublimados de la injuriosa lamentación existencial.
Persisten los que aún sobrepasan los chirridos morales y buscan la continuidad vivencial.
¿Acaso todo aquel que derrocha su mecánica concebida debe ser separado de la sagaz ilusión que desvía la mirada de la inmundicia? Pobres rostros sujetados a una sola imagen. Desdichados los que son callados por la pusilánime masa.
Pocos sobreviven al tortuoso engaño. Muchos se quedan atrapados.
La jaula está sucia otra vez...