7 de junio de 2018

Un día

Un día muy particular quisiste sobresalir de la rutina de tus contemporáneos, aunque terminaste entregándote a la sublime amargura de jamás salir de aquella sumisión.
Un día saliste, pero en partes.
Tal vez habrías deseado más haberlo hecho antes, pero ya era tarde para una despedida.

No me pertenece esto que cedí. Explicaría el por qué, sin embargo nada más podría entender ahora en adelante.
No hablaba sobre eso, sólo quería recordarte, y no podía. No debía.
¿Qué pasó?

Un día encontré una hoja abandonada, reseca, frágil. La ignoré.
Otro día, encontré una moneda que guardé en mi bolsillo; que se cayó por el agujero que se abrió por mis malos tratos. Nunca recordé que la había recogido hasta que un día sentí que faltaba algo e intenté retroceder, buscándola. Jamás la volví a encontrar.
Y a pesar de haber tenido otras monedas, ninguna quise conservar.

Así fue que un día se fue. Vendría otro. Y otro, cada vez más sombríos. Días que se hicieron noches. Y noches que fueron perdidas.

¿ESTÁS?