Usted cautivó mi atención. ¿Cómo puedo saber que es algo bueno? Si, con las cartas en la mesa, he sobrevivido a tantos hechos tormentosos de mi vida. ¿Cómo saber hasta qué punto podré aguantar?
Sinceramente, creo que no nota mi existencia suplicando unirse a la tuya. ¡Mirame! ¡¿No ves que te necesito?!
Tengo la certeza que sos aquella que me sacará de este pozo en que me metí. No puedo soportarlo más. Sólo pido que me mires a los ojos y traspases esta barrera que he construido con cada piedra que me han tirado. ¿Ves qué muro tan alto?
Sin embargo, a vos nomás te dejaría entrar en mi impenetrable fortaleza...
¿Por qué no lo notás? ¿Por qué tan despistada de lo bueno?
Veo una pizca de bondad en tu corazón. Eso que tanto no ha tenido mi vida. Tu poco puede salvarme de este gran vacío que siento en mi pecho.
Sé que esperaré el día en que me mires...
Otoño. |