Fue el ayer y el adiós.
Querendón que no tendría una magullada margarita.
Suplicio de la contrastada amargura situacional.
Fácilmente manejable, sin pasillos angostos de dudas.
Cielo sin estrellas, un sueño que comienza.
¿Cuál es la marioneta que está a merced?
Marcha atrás, y paso hacia adelante; mirada al lugar y sentimiento al lejano ayer. Manos pesadas, ligera sensación de desazón.
Cielo con una estrella.